Pyrrhuras: La madre adoptiva

Dicen que no es aconsejable criar en colonia con las pyrrhuras en voladera, pero dado que estábamos teniendo muchos problemas para criar en jaulas individuales, decidimos soltar a las tres parejas y colocarles los nidos: peor no les podía ir, y si no criaban, al menos tendrían una vida mejor sueltas en la voladera.

Para nuestra sorpresa, pronto una de las parejas se animó a criar. Cuando nacieron los pollitos, los vigilamos muy de cerca. Teníamos la sensación de que apenas crecían, y el buche no siempre lo tenían lleno. Esperamos unos días antes de decidir sacarlos para empapillar tan pequeños, pero en un momento dado, empezaron a crecer y a tener el buche bien lleno. Fue entonces cuando un día nos encontramos a otra hembra dentro del nido, con los pollitos. Todo seguía bien: los pollitos estaban perfectamente. A partir de ahí, ya no nos volvimos a encontrar a la madre: siempre estaba la otra hembra (Piña).

Cuando anteriormente criamos con esta pareja (los verdaderos padres), tuvimos que sacarlos temprano del nido porque no los alimentaban bien; creíamos que volvería a pasar lo mismo. Fue a partir de encontrarnos a Piña en el nido, que los pollitos empezaron a crecer. La única explicación es que Piña los adoptó y empezó a alimentarlos; quizá el piar de los pequeños demandando comida le impulsó a ello. Sin embargo, este no es un comportamiento común.

Llevamos 10 años criando, y seguimos sorprendiéndonos y aprendiendo cosas nuevas con nuestras aves.

Ahora ya los hemos sacado del nido para empapillar. Como podéis ver en la imagen de abajo, están hermosísimos. Tenemos, de izquierda a derecha: un pollito hypoxanta, un hipoxanta turquesa, un piña y otro hipoxanta; un nido de lo más colorido.

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